Los pacientes en edad infantil están en una fase de aprendizaje y maduración que los hace mucho más sensibles a cualquier problema visual. Por ello es básico detectar lo antes posible anomalías que pudieran retrasar o detener ese proceso y darles el tratamiento adecuado. Conocemos la importancia de establecer una relación afable y pedagógica con nuestros pacientes más pequeños, lo cual es sinónimo de una actitud más sosegada por parte de los niños y un tratamiento más eficaz.
RECOMENDACIONES
En esta especialidad, la medicina preventiva es determinante. Recomendamos hacer la primera visita, como máximo a los 4 años de edad, o antes si hay indicios de alteraciones de la función visual y aunque no se haya manifestado síntoma alguno, cuando existan antecedentes familiares.